Disquete, CD, DVD…. no hace tantos años que guardábamos nuestros datos e información en ellos pero, en 1996, el ingeniero Dov Moran creó la primera memoria USB para la compañía Israelí M-Sistema, empresa que se encargó de fabricar las primeras memorias y en el 2000, las empresas Trek Technology e IBM comenzaron a vender sus primeras unidades de memorias USB.
La capacidad de las primeras memorias, dispositivos USB 1.1., eran 8MiB, 16 MiB, 32 MiB y 64 MiB, unas capacidades que aunque en ese entonces eran muy significativas, casi veinte años más tarde, no le damos importancia ya que han llegado la tercera generación de estos dispositivos con las memorias USB 3.0 los cuales tienen una capacidad de almacenamiento que va desde 1 GB hasta 1TB, lo que los convierte en una gran herramienta de almacenamiento donde poder guardar archivos, imágenes, películas, libros, documentos…..
Tenemos que tener muy presentes que estos dispositivos pueden dejar de funcionar repentinamente por accidentes como variación en el voltaje mientras están conectados, caída desde una gran altura, por su uso prolongado… y por ello, es conveniente tener toda la información en al menos dos dispositivos diferentes para no arriesgarnos a perderla en el caso de que el USB se averíe o extravíe.
Para poder evitar dentro de nuestras posibilidades que el dispositivo se averíe, debemos tener en cuenta varios puntos como: evitar caídas o golpes, exceso de humedad, campos magnéticos y evitar la exposición directa al sol
El tamaño del dispositivo USB suele ser similar al tamaño de un llavero, esto facilita su transporte y que podamos utilizarlo en cualquier momento que lo necesitemos además, suelen ser de un precio bajo aunque esto va en función de la capacidad del dispositivo y del diseño que tenga el mismo.